La mastitis es una infección del seno ocasionada por la presencia y el desarrollo de gérmenes en el organismo. Estos penetran a través del pezón cuando una mujer está amamantando.
Esta enfermedad puede llegar a ser muy dolorosa y en ocasiones puede complicarse, aunque tiene muchos tratamientos con buenos resultados es muy importante evitarla.
Los cuidados deben empezar desde el inicio mismo del embarazo así que unas de las recomendaciones al momento del embarazo es empezar a cuidar el conducto de lactancia.
Las mujeres con pezones planos o invertidos, es decir, con la punta hacia adentro, deben ser más rigurosas, debido a que la lactancia se les dificultará más, ya que el bebé no agarra el pezón con facilidad. En estos casos es recomendables los masajes con lubricantes, como aceites naturales o cremas humectantes, para sacar el pezón. Un buen ejercicio es humectar el pezón y agarrarlo con el dedo índice y el pulgar haciendo pinza, se hacen círculos con estos dos dedos por un período de 5 minutos diarios.
El cuidado de los pezones debe aumentar en la lactancia, porque se rompen debido a la constante succión del bebé. Si a la madre le salen costras y no se las limpia ni se las quita, los pezones se pueden infectar, causando molestos dolores y hasta complicaciones más severas.
Lo que se debe hacer en la lactancia es: limpiar antes y después de amamantar al hijo. Entidades como la Liga de la Leche recomiendan dejar los senos descubiertos y al sol cada vez que sea posible, especialmente después de amamantar.
También es importante seguir estos consejos:
– Lavar los pezones con agua y sin jabón.
– Masajearlos suavemente con lubricantes después del baño. El masaje debe realizarse del pezón hacia fuera, tratando de producir erección en él.
– El estímulo debe ser por unos minutos y no prolongarse porque se pueden segregar sustancias que producen contracción uterina.
– Estos masajes deben evitarlos las pacientes que han tenido amenaza de aborto o de parto prematuro.