A lo largo de los nueve meses de embarazo, las futuras mamás pasan por distintos momentos hormonales, lo que se traduce en cambios y altibajos emocionales que a veces pueden ser incomprendidos en la familia. Es necesario entender estos cambios, saber manejarlos y buscar apoyo entre los más cercanos: La comprensión de la pareja es fundamental para sobrellevar todos estos cambios que produce la gestación.
Durante el primer trimestre, la futura mamá puede vivir momentos de una gran fluctuación emocional, ansiedad, ambivalencia y frecuentes cambios de humor. Aceptar la nueva situación lleva su tiempo y son frecuentes los temores sobre la capacidad de saber afrontarla. La apetencia sexual también suele disminuir debido al cansancio, a las molestias físicas y al miedo a dañar al feto .Los cambios de humor son más frecuentes en las mujeres que manifiestan síntomas físicos importantes debido a su embarazo como vómitos y náuseas matinales, mal estar general, mareos e indisposición digestiva.
Por el contrario, el segundo trimestre es un periodo de tranquilidad emocional: los cambios hormonales se han estabilizado y la futura mamá ha tenido tiempo de adaptarse psicológicamente a la gestación. Desaparecen las molestias físicas del primer trimestre, y la futura mamá puede experimentar un mayor deseo sexual favorecido por un aumento de la sensibilidad.
En el tercer trimestre, muchas embarazadas vuelven a sufrir dificultades anímicas debido a que el volumen de la barriga dificulta el bienestar: problemas para dormir, micción frecuente, dolores de espalda… Por otra parte, en el tercer trimestre el tiempo pasa lento, aumenta la ansiedad por conocer al bebé, el miedo al parto y la inseguridad ante la crianza. Y, además, aparece el síndrome del nido con el que verá incrementada la necesidad de hacer cambios en casa y dejarlo todo limpio y preparado para la llegada del bebé.