Pies y tobillos hinchados son completamente normales durante el embarazo. Es lo que se conoce como edema, causado por la acumulación de líquido en los tejidos, que afecta especialmente a las futuras mamás porque la presión del útero sobre la vena cava hace que el fluido de las venas se retenga en los tejidos de los pies y tobillos. Los edemas son frecuentes en los tres últimos meses de embarazo, especialmente al final del día. Echarte de costado sobre el lado izquierdo te ayudará a aliviar el aumento de presión en las venas.
Pon los pies en alto siempre que puedas. Si pasas mucho tiempo sentada, apóyalos sobre una banqueta. No cruces las piernas o tobillos mientras estás sentada. Estira las piernas con frecuencia, y flexiona suavemente los pies hacia arriba para estirar los músculos de la pantorrilla. Gira los tobillos y mueve los dedos de los pies. Toma descansos frecuentes de la posición de sentada o parada. Usa calzado cómodo que se amolde a la hinchazón. No uses calcetines o medias que aprieten los tobillos o las pantorrillas, prueba unas de soporte especiales para gestantes. Toma mucha agua. Realiza actividad física con regularidad: pequeñas caminatas, natación o pedaleo sobre una bicicleta de ejercicio. Las actividades acuáticas está muy aconsejadas, ya que la inmersión en el agua ayuda a reducir temporalmente la hinchazón.